Los problemas relacionados con la atención a menudo se hacen más evidentes cuando los niños comienzan su educación formal. Es crucial determinar si estos desafíos de concentración son resultado de cuestiones emocionales o si están vinculados a un posible diagnóstico de Trastorno de Déficit Atencional (TDA).
El TDA se caracteriza por una tríada de síntomas que incluyen dificultades en la atención, hiperactividad/hipoactividad e impulsividad. En su mayoría, se observa con mayor frecuencia en niños que en niñas y a menudo se asocia con problemas en la lectura y el aprendizaje. Estos problemas tienden a persistir a lo largo de los años escolares y, en algunos casos, pueden disminuir con el tiempo.
Detectar el TDA en una etapa temprana puede influir significativamente en el curso y el pronóstico de este diagnóstico. Por tanto, es de suma importancia que, si usted o sus hijos muestran signos de esta problemática, busque la orientación de un neurólogo lo más pronto posible.